Editar fotografías: ¿por qué escoger una iMac?

Diseñadores, arquitectos, artistas gráficos, cineastas, editores de contenido audiovisual y también fotógrafos: todos aman las iMac. Este es el producto más profesional de Apple, pues se trata de un ordenador grande, de mesa, avanzado y con una gran pantalla de una altísima definición, que puede alcanzar los 4K. Además, el sistema operativo de Apple está pensado para poder ofrecer un óptimo rendimiento en el uso de programas gráficos, como todos los de la suite de Adobe o Final Cut.

iMac para fotografía

Los fotógrafos también están incluidos en esto. Ser fotógrafo actualmente involucra un fuerte trabajo de edición. Esto tiene diferentes motivaciones. Una de las principales se refiere a la resolución de la pantalla, lo que le permite a los fotógrafos poder ver en la máxima resolución posible sus imágenes, y así, editarlas con fundamento.

En otro orden de ideas, para editar fotografías es necesario tener programas como Adobe Lightroom que requieren de una muy buena memoria RAM para evitar que el ordenador se trabe, más aún si se está usando en conjunto con otros programas. Esto es un problema en ordenadores comunes, pero no pasa nada si se usa una iMac, que está pensada específicamente para este tipo de trabajos simultáneos con un rendimiento más que efectivo.

¿Y los costos?

No todos los fotógrafos consiguen altos ingresos por su trabajo, y menos si están comenzando. Es por eso que comprar una iMac puede ser sumamente prohibitivo y totalmente fuera de presupuesto en muchos casos. Ahí es donde entra la posibilidad de comprar una iMac de segunda mano, que conserve la calidad en su forma física y rendimiento.

Afortunadamente, en internet existen diferentes portales que ofrecen a los usuarios productos Apple de segunda mano con máxima calidad, al pasar por diferentes controles de seguridad y funcionamiento. Aunado a eso, los costos disminuyen enormemente, por lo que es posible comprar una iMac de segunda mano con la mitad del presupuesto de una nueva y aún así, aprovechar sus funcionalidades por muchos años.